Saludos y besos.
Me despierta el horrible sonido del
despertador. Hoy es el primer día de colegio después de las
vacaciones de Navidad, y debo admitir que ya me había acostumbrado a
pegarme a las sábanas. Me levanto con cuidado para no marearme y voy
al armario. Cojo el soso uniforme del aburrido colegio privado en el
que nos inscribieron cuando éramos niños, un lugar en el que solo
hay pijos y niñas mimadas. Mis padres decidieron apuntarnos en ese
colegio porque son muy buenos con las ciencias. Además mi madre está
obsesionada con la imagen. Ella es modelo, y cuando mis padres se
divorciaron se fue a vivir a otra parte del país, concretamente se
mudó a Maryland, donde conoció a su nuevo marido, con el que lleva
un año casada, solo la veo un par de veces al año. Después está
mi padre, un arquitecto que se pasa el día fuera de casa,
obsesionado con el orden y obsesionado con que yo también debería
estudiar arquitectura. Aunque en realidad a mí no me gusta la
arquitectura, me apasiona la música y me gustaría ingresar en
Julliard , pero no creo que a mi padre le guste la idea. También
está mi hermano Sam , un adolescente problemático desde que mis
padres se separaron, saca malas notas y se mete en líos solo para
llamar la atención. Sophie, mi hermana pequeña de nueve años,
obsesionada con los cuentos de princesas y hadas. Y para completar
está mi hermano Kevin , el más pequeño de todos, el más dulce y
prácticamente el único que me entiende.
Me meto en el baño que mis padres
hicieron en mi habitación y me ducho con agua fría. Después me
pongo el uniforme y salgo del baño. Desde aquí puedo oír el ruido
que hacen mis hermanos y mi padre. Seguro que mi padre está
preparando el desayuno , y mis hermanos estarán como siempre
corriendo por allí. Me acerco al tocador , me peino y luego cojo mi
mochila. En cuanto salgo de mi habitación me encuentro a mi hermano
Sam persiguiendo a Sophie, que tiene su blog de dibujo en la mano.
Parece mentira que a un chico como Sam le guste dibujar, pero en fin,
qué se le va a hacer.
Bajo las escaleras rápidamente y llego
a la cocina. Mi padre ya ha preparado el desayuno, así que me siento
y espero a los demás. El primero en bajar es Kevin, que está
demasiado mono con su uniforme y me dan ganas de comérmelo a besos.
Se sienta enfrente mía y empieza a hablar, aunque en realidad yo no
le hago caso porque está contando cosas sobre sus amigos. Cuando
todos han llegado empezamos a desayunar. Yo no presto atención y me
limito a beber el zumo y a mojar las galletas en la leche.
- ¡Eso es imposible!- dice Sam
- Solo si crees que lo es, en Alicia
en el País de ...- empiezo yo.
- Ay por favor, ¡ cállate!. ¿ no
ves que a nadie le importan las tonterías de los libros?.
Sinceramente papá, este tía necesita un psicólogo. Se pasa el día
encerrada en su cuarto leyendo , o en el salón tocando el piano. ¡
Ni siquiera tiene amigos!
- En eso tiene razón, pero a mí me da
igual. La gente no me cae bien, generalmente la rechazo. No es que
sea mi don comunicarme. No recuerdo cuándo fue la última vez que
hablé con alguien que no fuese un profesor o alguien de la familia.
Sinceramente, no me importa.
- Samuel Johnson , tu hermana es una
chica muy inteligente, deberías respetarle- dice mi padre-
Discúlpate con ella ahora mismo. - mi hermano pone una mueca- He
dicho que te disculpes ahora
- Lo siento Anniess – dice Sam a
regañadientes.
- Disculpas aceptadas- digo poniendo
un tono de burla- Papá, ya he terminado, ¿ puedo levantarme?
- Claro hija- dice mi padre con una
sonrisa.
Inmediatamente voy al salón y me
siento en el taburete del piano y abro la tapa. Me encanta observar
las teclas del piano, son tan elegantes, limpias y delicadas... . Me
aparto el pelo y empiezo a tocar. Las notas fluyen de mis dedos sin
darme cuenta, es una melodía suave y con armonía. Siento un
cosquilleo que va desde la punta de los dedos hasta el cuello.
Cuando toco me aíslo del mundo completamente, no existe nada más
que no sean las teclas del piano y yo.
No sé cuanto tiempo llevo así cuando
una voz e despierta de mi “ sueño”
- Nos tenemos que ir- dice Sophie
detrás mía.
- Ya voy – digo levantándome.
- Ella se adelanta y avanza hasta la
puerta. Yo cierro la tapa del piano y voy hacia el vestíbulo. De
repente siento un rápido y fugaz movimiento, creo que va hacia las
escaleras , así que giro la cabeza hacia ellas y veo un conejo con
un reloj en la mano. Me froto los ojos porque esto no puede ser
real, mi hermano tiene razón, necesito un psicólogo, estoy
empezando a alucinar.
Bastante bueno,un poco irrealista,pero me gusta mucho jajaja,avisad cuando tengais el proximo ;)
ResponderEliminarSubrealista???? claroooo!!!!!! haha eso es lo que molaaa!!!!!!!! me alegro de que te gusteee!!!!!!!
ResponderEliminarhoolaa me he pasado hoy y me he leido el capitulo, es muuy bueno, te tengo afiliada, me afilias??? topsecretsoloparatusojos.blogspot.com.es
ResponderEliminarclaro q t afiliamos!!!!!! ,muchas gracias!!!! :)
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